El río Sénia, nace con mucha fuerza en pleno macizo de los Ports. Rápidamente se embalsa en el pantano de Ulldecona y a partir de este punto, su caudal disminuye fuerza, aunque recibe las aguas de otros barrancos más pequeños que llevan agua en primavera y otoño.
Después de salir de los Puertos, el río entra en un terreno muy plano y el agua superficial desaparece, en excepción de avenidas o lluvias fuertes. No es hasta la desembocadura que el agua vuelve a hacer acto de presencia, esta vez de forma permanente durante todo el año y a través de una laguna de rambla.
La desembocadura del río Sénia es un espacio de interés natural y paisajístico reconocido como tal por presentar una gran diversidad de especies vegetales y animales y para situarse entre el delta del Ebre y la Albufera de Valencia, lo que lo convierte en un lugar de parada para las aves migratorias.
Las aguas de la laguna, alimentadas por los acuíferos reciben instrusions marinas principalmente en los meses más secos, cuando las capas freáticas bajan de nivel. Es por ello que nos encontramos con mucha vegetación propia de lagunas y de río, como el carrizo, la enea, los juncos, los fresnos y sauces blancos.
En los bordes de la laguna, donde el suelo es más rocoso y no muy profundo nos encontramos la maquia formada por lentisco, la coscoja y el palmito (única palmera autóctona de Europa). En cambio, en los taludes y márgenes del río encontramos vegetación de ambientes costeros como el hinojo marino.
Además, este rincón acoge una gran variedad de fauna propia de los espacios húmedos mediterráneos como los sapos, pollas de agua, ánades reales, gaviotas, cormoranes y hasta tortugas mediterráneas, que con un poco de suerte podemos ver calentarse sobre los guijarrales. Su presencia indica la excelente calidad ambiental de este paraje.
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